Este documento forma parte de los contenidos del Máster en Buscadores y del Máster en Documentación Digital del curso 2016/2017. Cada año publicamos en abierto 6 entrevistas de entre las más de 50 que forman parte del máster.
Carlos Otto-Reus es periodista freelance. Actualmente trabaja para medios como El Mundo, Antena 3 o El Confidencial, especializado en emprendimiento, empleo y tecnología. También hace trabajos de marketing de contenidos, es profesor del Postgrado de Periodismo y Comunicación Digital de la IEBS y colabora con varias startups de internet. Un workaholic sin remedio, vaya.
1. ¿Hasta qué punto las nuevas tecnologías disponibles en Internet están cambiando el panorama profesional y laboral? ¿Qué nuevos inventos van a tener una mayor repercusión en el ámbito laboral?
No sé si las nuevas tecnologías han cambiado todo lo que concierne al empleo, pero sí que estoy convencido de que han cambiado varias cosas vitales. Una de ellas es la movilidad. Os pongo un ejemplo propio: yo tengo 31 años y actualmente llevo dos años viviendo en Madrid. Sin embargo, como periodista freelance llevo cinco años, trabajando para varios medios.
En mis tres primeros años como freelance, trabajaba desde Ciudad Real. A lo mejor tenía que venir a Madrid un día cada semana o dos semanas, pero muy poco más, el resto lo hacía desde mi oficina de Ciudad Real. Esto me trae dos conclusiones:
- El trabajo está (cada vez más) deslocalizado. Si la empresa que te contrata confía en ti, no necesitará que estés en sus oficinas ocho horas diarias calentando la silla. Si demuestras que puedes teletrabajar y que eres eficaz, ni siquiera hará falta que estés allí físicamente. Aún son minoría las empresas que hacen esto, pero ojo: cada vez son más.
- Internet es la ventana al mundo. Si yo vivía en Ciudad Real, ¿cómo es posible que pudiera trabajar para medios de comunicación nacionales, si ni siquiera había estado en Madrid estudiando? En mi caso, mi mejor valor no fueron (sólo) mis trabajos periodísticos, sino también mi exposición social en canales como Twitter, Linkedin, etc. Fueron esos los sitios en los que los que a la postre serían mis futuros jefes vieron que mi perfil era interesante y que quizá podía ofrecerles un trabajo de calidad.
Si uno estas dos conclusiones, llego a una tercera (de la que hablaremos más detalladamente después): estamos virando hacia un mundo de freelancers. Una vez que muchas empresas pierden el miedo a la deslocalización del empleo, se empiezan a dar cuenta de que hay trabajos para los que no necesitan a una persona a jornada completa o con contrato indefinido, sino que pueden ‘tirar’ de ella en un momento concreto.
2. ¿En el mundo digital, cuál es la mejor opción: ser emprendedor y crear tu propia empresa, ejercer de freelanceo trabajar por cuenta ajena? A quienes comienzan y a quienes tienen ya un recorrido ¿les aconsejarías ser freelance? ¿Qué debe tener en cuenta quien se lance como freelance?
Depende de cada persona: de sus circunstancias familiares, su idiosincrasia, su forma de trabajar… Cada cosa tiene sus ventajas y sus inconvenientes:
a) Montar una empresa
Ventajas:
- Estás creando algo desde cero y lo ves hacerse realidad. Y eso, amigo mío, no hay quien lo pague.
- Eres dueño de tu tiempo, de tus horarios, de tus rutinas… en definitiva, eres dueño de tu vida profesional.
- Si la cosa te sale bien, puedes ganar (bastante) más dinero del que ganarías con una nómina.
Desventajas:
- Las probabilidades de pegártela son altísimas (en España, sólo el 31,3% de las empresas que se funden hoy estarán abiertas dentro de cinco años).
- La incertidumbre es tremenda: sólo puedes saber dónde estás hoy; mañana… a saber. Y si encima tienes empleados, multiplica la incertidumbre por todas sus familias.
- A menos que te lo montes muy bien, emprender puede llegar a devorar tremendamente tu vida personal, ya que echarás (muchas) más horas de lo normal.
b) Ser freelance
Ventajas:
- Puedes trabajar para mucha gente y muy diversa. Y eso, además de enriquecer tu vida profesional, puede llenarte de contactos.
- Eres dueño de tu tiempo, de tus horarios, de tus rutinas… en definitiva, eres dueño de tu vida profesional.
- Si la cosa te sale bien, puedes ganar (bastante) más dinero del que ganarías con una nómina.
- Cada vez son más las empresas que contratan freelancers. Créeme: conseguir clientes ahora no es (tan) difícil.
Desventajas:
- Al igual que si emprendes, la incertidumbre es tremenda.
- Tienes que saber vender. Puedes ser el mejor profesional del mundo, pero si no sabes venderte a ti mismo, estás acabado.
- Encontrar la rentabilidad es más complicado, ya que, antes de encontrar ningún cliente, ya tienes que pagar cuotas de autónomos, liquidación trimestral del IVA, gastos asociados a tu actividad profesional, etc.
c) Trabajar por cuenta ajena
Ventajas:
- La tranquilidad, chico. Aunque una nómina ya no representa tanto la tranquilidad económica como hace diez años, sigue siendo más fiable que si eres autónomo.
- Imagen corporativa. Por desgracia, todavía hay mucha gente que piensa que los freelancers lo somos por necesidad, porque nadie quiere contratarnos indefinidamente, porque estamos esperando a que alguien nos fiche. Ese escollo social tendrás que vencerlo.
Sinceramente, yo no sabría qué recomendar a una persona. Yo soy freelance y no lo cambio por nada del mundo, pero también es porque es la modalidad que mejor se adapta a mi perfil: siempre me ha gustado trabajar para más de una persona, gestionar mis horarios, trabajar en cosas que sean distintas entre sí, etc.
Pero ojo, no todo el mundo vale para ser freelance. Y con esto no quiero decir que los freelancers seamos superiores, ni mucho menos; simplemente, tenemos unas características (innatas o adquiridas) que nos hacen manejarnos mejor en este perfil (del mismo modo que un empleado por cuenta ajena tiene unas características que yo no tengo).
No sé si aconsejaría a cualquier persona ser freelance, pero, al menos, sí le aconsejaría que se lo plantease. Para mí ser freelance es lo mejor: trabajo para varios medios, decido con quién trabajo y con quién no, saco adelante mis propios proyectos, tomo mis propias decisiones, me organizo mi tiempo como me da la gana… en otras palabras: mi carrera profesional y mi vida personal están en mis manos (y eso no es moco de pavo). Pero claro, ser freelance también tiene muchas desventajas, y la mayor de ellas es la incertidumbre. Comenzar un mes y pensar: y este mes, ¿cómo me gano el pan? Además, la vida freelance es muy inestable y constituye una verdadera montaña rusa, algo que está muy bien si te gusta esa adrenalina, pero que no sienta tan bien si no te gusta llevarte los quebraderos de cabeza a casa. Es lo que yo llamo la ‘ansiedad controlada’: ese punto en el que confluyen la emoción y la ansiedad (y la segunda, por desgracia, gana más veces de las que me gustaría).
Además, cuando eres freelance tienes que asumir algo que no asumes cuando trabajas para otros: hay cosas que te van a salir mal. Muchas. Demasiadas, seguramente. Si trabajas para otro, te limitas a ejecutar lo que él te ordene. Pero, ay, amigo: si trabajas para ti, las victorias son solo tuyas, pero las derrotas también. Y ojo, que algo te salga mal no es ningún drama, te va a pasar mucho; lo jodido a veces es saber sobreponerse a eso y seguir sacando cosas.
Para mí (cada cual tendrá su perfil), un freelance tiene que tener cinco cosas básicas:
- Creatividad y proactividad.Se acabó cumplir órdenes, amigo, ahora eres tú el que se tiene que comer la cabeza pensando qué va a hacer para tener dinero a final de mes. Y esto implica un cambio psicológico grande: ya no eres un ejecutor, sino un ideador.
- Perfil multidisciplinar. Da igual que seas periodista, ingeniero, psicólogo… y seas el mejor en tu profesión. Si eres freelance, también tienes que saber de negocio, de venderte a ti mismo y a tu trabajo. Y eso no se aprende en ningún sitio, lo aprendes tú solo dándote hostias (perdonad la expresión) a diario.
- Tolerancia al fracaso. Lo dije antes, pero lo repito: si te dedicas a lanzar tus propios proyectos o trabajos, muchos no van a salir. O van a salir mal. Seguro. Al 100%. De hecho, al principio es muy probable que los que te salen mal sean más numerosos que los que te salen bien. ¿Significa eso que eres un inútil? No, no tiene por qué. Significa que a lo mejor eres un crac en tu trabajo, pero en otras cosas (contactos, saber venderte, crear empatía con un cliente…) cojeas. Cuando algo te sale mal, es imprescindible no ponerte como loco a buscar culpables: asimila que hay cosas que salen mal, evalúa los posibles errores cometidos y aprende todo lo que puedas.
- Capacidad de trabajo. Ojo, ser freelanceseguramente te lleve no solo más horas de trabajo, sino también más intensidad en cada hora de trabajo. Si eres bueno y te lo montas bien, puede que con el tiempo bajes esa carga, pero al principio echas más horas que un tonto. No quiero ser yo el que te venda ninguna moto: si estás pensando hacerte freelance pero tienes una familia reciente, o compromisos personales, o una hipoteca o algo similar, piénsatelo muy bien.
- Red de contactos. ¿Recuerdas que antes dije que internet te permitía hacer contactos en todo el mundo? Pues es cierto, pero no te creas que la presenciaofflinese desvanece. Esto es seguramente lo más cruel que te voy a decir, pero créeme que es cierto: una inmensa mayoría de las veces (no todas) dará igual que seas el mejor profesional del mundo: si quieres trabajar para alguien, será casi imprescindible que ese alguien te conozca en persona o, al menos, te conozca muy bien por internet. Pero tranquilo, para eso está Linkedin: todas las relaciones que puedas ir haciendo ya te pueden venir bien.
3. Y enlazando con la pregunta anterior, queríamos preguntarse sobre el concepto de emprender que tan de moda está. Cuando nos referimos a emprender se tiende a pensar en grandes proyectos que te llevan a ser millonario ¿se nos queda grande la palabra? ¿Qué es emprender en términos reales? ¿Qué diferencia a un freelancede un emprendedor?
Sí, a veces se queda un poco grande, pero bueno, es una cuestión más semántica que real. Algunos emprendedores que montan empresas y tienen empleados critican de manera despectiva cuando alguien tacha de emprendedor a un autónomo. Para mí, sinceramente, es una chorrada. Vale que podamos diferenciar entre lo que es emprendimiento y lo que es autoempleo, pero, al final, emprender no es más que sacarte tus castañas laborales tú solito, sin que nadie te pague una nómina a final de mes. Para mí, es tan emprendedor un autónomo como un tipo que monte una empresa con 30 trabajadores. Sí, el segundo tiene muchas más complicaciones, pero al final los dos tienen el mismo objetivo: sacar su carrera profesional adelante.
No obstante, sí que podemos hacer alguna pequeña diferencia a nivel de discurso. Me explico: yo tengo 31 años y gran parte de mis amigos está en paro. Yo muchas veces les animo a que se planteen ser autónomos (aunque sea solo que se lo planteen, ojo). Pero claro, ¿qué pasa? Que el mensaje que a esta gente le llega es el de montar una empresa, contratar trabajadores, encontrar un business angel, levantar una ronda de financiación… ¿de qué sirve eso a un posible autónomo? De nada, es un mundo totalmente distinto al suyo. Ahí hay un problema en el salto del discurso, porque estamos cogiendo a gente que está en paro y diciéndole que monte una empresa con diez empleados, y eso es una barbaridad. Es cierto que falta mucho mensaje para el que simplemente quiere (intentar) autoemplearse.
Al final, es cierto que estamos experimentando una pequeña burbuja emprendedora. Y es hasta comprensible, ya que cada vez que un parado se da de alta de autónomo, las listas del paro bajan, pero, en mi opinión hay tres problemas en esto:
- No todo el mundo vale para emprender. Como dije antes, al igual que no todo el mundo vale para ser freelance, tampoco todo el mundo vale para emprender. Además, emprender no sólo es duro, también es caro. Dejémonos de paños calientes: si quieres montar un empresa, necesitas dinero. Para ser freelanceigual no, pero para montar una empresa sí.
- No podemos tener sólo emprendedores.Es cierto que en España el discurso emprendedor nunca ha tenido mucho éxito históricamente, pero no es cierto que no seamos un país emprendedor. En España hay poco más de tres millones de autónomos, que constituyen en torno al 25% del sistema laboral de nuestro país. No tiene sentido que todo el mundo quiera ser emprendedor, también necesitamos empleados y funcionarios. Me parece perfecto que los políticos suelten el discurso emprendedor para ver si así bajan las cifras del paro, pero no cuela.
- Discurso agresivo contra los parados.Ahora que estamos en una época de aumento del fomento del emprendedor y de los discursos pseudoemocionales (del tipo ‘Si quieres, puedes’), hay un problema: se está generando un discurso muy agresivo contra los parados. Porque ahora resulta que si estás en paro es que eres un vago, y que oye, qué cómodo se está en casa cobrando el paro, ¿eh? Y resulta que tienes que emprender sí o sí… Al final, estoy convencido de que este discurso está creando un clima muy negativo contra la gente que está en paro.
4. En este momento de crisis económica en España, ¿recomendarías la especialización o crees que es preferible saber un poco de todo?
Pues fíjate, te voy a defender las dos cosas:
Especialización. Siempre se dice la frase aquella de “En la época de internet, da igual a lo que te dediques, pero sé el mejor en eso. Aunque sea algo pequeño, si eres el mejor, en un mercado global encontrarás la forma de vivir de ello”. Y no le falta razón. Esto de saber un poco de todo empieza a perder valor. Ahora tienes que saber mucho de aquello a lo que te dediques.
Un ‘mucho’ de todo. Por otro lado, ahora mismo casi todas las profesiones son transversales, sobre todo las que tienen su versión digital. Me refiero a casos de mi sector, el periodismo: hace unos años surgió la figura del community manager, esa persona (casi siempre periodista) que se encargaba de ser la voz de una empresa en redes sociales. Cuando nació esa figura, bastaba con que elcommunity manager supiese comunicar y no montase en cólera cada vez que alguien le decía en Twitter que su empresa era una mierda. Sin embargo, ahora el community manager hace estrategias de comunicación, encuestas, análisis de audiencias… Ahora el CM ya no tiene que saber tanto de comunicación como de marketing. Yo hace años, cuando solo era cuestión de comunicar, hice trabajos de CM. Ahora no podría, ya que durante estos años no me he formado y me he perdido muchos conocimientos nuevos.
Otro ejemplo: cuando yo preparo un proyecto periodístico no solo tengo que saber de periodismo. Tengo que saber un poco de vídeo online, un poco de audiencias online, un poco de SEO de Youtube, un poco incluso de SEM, un poco de monetización de vídeos, un mucho de marketing de contenidos… Si me hubiese quedado con lo básico del periodismo, no podría salir adelante. Al final, hay que tener en cuenta que el mundo digital va a una velocidad increíble: las cosas que valían hace dos años, ya no valen. Tienes que reciclarte constantemente.
5. ¿Cuáles son tus recomendaciones a la hora de buscar trabajo en internet?
Mi mejor herramienta siempre es Linkedin, donde puedes hacer contactos profesionales que hace diez años no habrías hecho ni loco. ¿Cómo iba a saber yo hace diez años, por ejemplo, quién llevaba el área de contenidos online del grupo Atresmedia? Pues ahora lo sé, gracias a Linkedin. También recomiendo mucho Twitter. Para los que sean más bien vaguetes les costará un poco más, pero, como decía antes, al final las cosas no han cambiado tanto, y el que te contrate quiere conocerte antes. Y Twitter es la mejor posición a medias entre tu mundo personal y profesional.
En cuanto a portales de empleo, la verdad es que yo siempre desconfié bastante, ya que creo que te tiras más tiempo descartando ofertas basura que analizando las buenas. Sin embargo, hace poco el director de freelancer para España me dijo que en realidad somos más vagos en internet, pero que no hay que perder la paciencia (disculpad el spam, pero os recomiendo echarle un ojo a la entrevista a Sebastián Siseles (Freelancer.com) “Quien no esté en internet tendrá casi imposible encontrar trabajo”.)
6. ¿Hasta qué punto los nuevos modelos de negocio en Internet basados en la economía o el consumo colaborativo van a cambiar las reglas del mercado laboral?
Recuerdo que el año pasado dije en esta misma entrevista: “Aún es pronto para decirlo, pero me da la sensación de que las van a cambiar para siempre. El mejor ejemplo es el de Uber y los taxis. Yo no creo que sea justo desbaratar un sector laboral de un día para otro, sobre todo uno tan proteccionista y con unas barreras de entrada tan altas como las del taxi. Pero que a nadie le quepa duda que aplicaciones como Uber están consiguiendo liberalizar el sector del taxi en otros países, y en España pasará lo mismo. No será ni mañana ni pasado, y a lo mejor ni siquiera lo consigue Uber, pero alguien lo conseguirá”.
Ahora bien, ahora tengo mis dudas. Y es que hay modelos que intentan desregularizar ciertos sectores, pero ojo, siempre tiene que ser dentro de la legalidad. Como muchos sabréis, Uber ahora mismo en España está cerrado cautelarmente, y airbnb cada vez está teniendo más problemas (sobre todo en Barcelona).
¿Quiere decir esto que este tipo de apps serán ilegales o que no harán que el mundo cambie? No, en absoluto. El mejor ejemplo lo tenemos en Bemate, del empresario hotelero Kike Sarasola, que hace lo mismo que airbnb y con algunos servicios incluso mejores. Al final, al margen de que este tipo de apps sean legales o no, lo cierto es que están haciendo que todos los sectores espabilen y se adapten al entorno digital y a las demandas de sus usuarios (que al final, por fin, son los que mandan).
De todos modos, en general estamos asistiendo a una liberalización de casi todos los sectores laborales. Estudiar y formarse es muy bueno, pero no te pienses que esto es como hace 20 años: hace 20 años, cuando estudiabas en la universidad, lo que estabas pagando era tener un puesto de trabajo. Ahora ya no. Ya no estamos en la época de la titulitis, sino en la del talento. Da igual que el tío que tengas al lado no haya estudiado tanto como tú. Si es mejor que tú, lo van a coger a él.
7. ¿Qué otros ámbitos piensas que se puede aplicar un modelo de economía colaborativa como lo que estamos viendo en taxis (Uber) y hoteles (Airbnb)?
Pues me encantaría adivinarlo, la verdad. En general, todo lo que tiene que ver con el transporte y el delivery se va a ver muy afectado. En San Francisco, por ejemplo, Uber ya no es solo una empresa de taxis, sinó que los conductores también te pueden llevar paquetes a casa e incluso hacerte recados. A mí me encantan modelos como el de Instacart, una web en la que puedes hacer la compra en varios supermercados y ellos te lo llevan a casa… ¡en menos de dos horas! Y ojo, que en España ya tenemos dos alternativas: Comprea y Unplis.
Y ojo a cosas como el crowdfunding, que parece que es una moda, pero de eso nada, en EEUU ya mueve billones de dólares al año. En cuanto a España, os recomiendo la lecturas de la notícia “El crowdfunding en España ya mueve 19 millones de euros al año” en Tecnoxplora. Ahora sal a la calle y pregunta a la gente si saben lo que es el crowdfunding. Casi nadie lo sabe, ¿verdad? Pues si no sabiéndolo casi nadie ya mueve 19 millones anuales, ¿te imaginas lo que moverá cuando todo el mundo lo conozca?
8. Existen muchos perfiles relacionados con la tecnología. En este máster se cursan contenidos de SEO, SEM, Analítica Web, Gestión de Contenidos, Community Manager, User Experience… ¿Cómo ves el presente y el futuro en estos temas?
No es por haceros la pelota, pero los veo básicos. De entrada, lo importante es tener en cuenta que, como sabréis todos los profesores, lo que hoy sabéis sobre SEO, social media o SEM, dentro de dos años no valdrá casi para nada. El sector digital es muy reciente, con lo que evoluciona a una velocidad de vértigo, difícil de asimilar. Por eso, es importante que los temarios vayan cambiando, porque todo va cambiando (y eso vosotros lo sabéis mucho mejor que yo). Si tenemos en cuenta -por poner un ejemplo simple- que Google cambia su algoritmo casi cada año, va a haber que aprender SEO cada dos por tres.
Como sabéis, el SEO son las estrategias digitales que llevamos a cabo para que un cierto o contenido o una web se posicione muy bien en Google y aparezca lo más arriba posible. Y es algo que hacemos todos: no sólo los grandes o pequeños negocios, sino también, por ejemplo, los medios de comunicación (si supierais la de titulares que tengo que adaptar en mis artículos porque “si no, Google no lo indexa”...).
Como decía al principio, estamos en la época del talento. Eso de trabajar 40 años gracias a los conocimientos que adquiriste en 5 ya no vale. Ahora hay que formarse continuamente. Las profesiones que me mencionas van a evolucionar a una velocidad endiablada, y algunas a lo mejor hasta desaparecerán, pero darán lugar a otras. Hay que tener en cuenta que internet ya no es un sector, sino un ecosistema laboral en sí mismo.
9. Como periodista, ¿cómo ves el futuro de esta profesión y su relación con lo digital?
Fijaos, hace justo un año respondí lo siguiente: “Ni te imaginas cómo me gustaría saberlo… Hace años, cuando los periodistas estábamos inmersos en la vorágine de la última hora, decíamos que eso pasaría y llegaría la época de la tranquilidad, del sosiego, del consumo reposado de noticias… y no ha sido así. Ahora mismo estamos en la época de la última hora y, además, de las listas y del clic facilón (‘Los 20 mejores culos de España’, ‘5 consejos para hacer feliz a tu amante en la cama’), por no hablar del click baiting (‘Sus compañeros se reían de ella, pero un día les dio una lección’, ‘Lo que este perro hizo por su dueño te dejará sin palabras’...). Casi todo son contenidos muy ligeros y de escasa o nula calidad, pero son los que triunfan, no nos engañemos”.
Ahora, un año después, tengo que hacer un importante matiz. En mi opinión, ahora mismo casi todos los medios innovadores y que están creciendo tienen dos tipos de contenido:
- El ‘facilón’: el que tira de click baiting, las listas… Los contenidos a los que nos referíamos antes. Si os digo la verdad, son los temas más rentables: se hacen en media hora y tienen una viralidad tremenda. Al final, aunque no me guste reconocerlo, son los que pagan las nóminas.
- Los temas densos y trabajados. Ojo, que esto ha cambiado. Junto a los artículos facilones, los medios estamos teniendo también (por suerte para todos) hacia los grandes reportajes, grandes contenidos, nuevas narrativas (reportajes con diseño especial, maquetación distinta, periodismo de datos…), etc. Y esto es justo lo contrario al contenido del que hablábamos antes. Y, si os soy sincero, no me parece mal la conjugación de ambos. ¿Por qué? Porque ‘5 consejos para ser el mejor en la cama’ es el artículo que hace que un medio salve los datos de audiencia a diario, pero un gran reportaje es el que hace que el lector vuelva al día siguiente. Porque, aunque todos pinchamos en ‘5 consejos para ser el mejor en la cama’, ninguno entramos a un medio por ese contenido, sino por el otro. Y hacer un reportaje denso sobre un tema en el que tres periodistas han trabajado durante un mes no es rentable en cuanto a visitas, pero sí en cuanto a marca.
Imagino que, de aquí a un futuro muy cercano (o incluso ya existente), los periodistas tendremos que saber mucho de audiencias (¿te acuerdas de lo saber ‘un mucho de todo’?). Las webs de contenidos ligeros seguirán existiendo, de modo que los periodistas esnobs que queramos seguir haciendo -por ejemplo- información económica muy importante pero que nadie lee, tendremos que saber encontrar a nuestro público y fidelizarlo. De nada sirve quejarnos de los contenidos de poca calidad, ya que la gente va a pinchar en lo que le salga de las narices (y muy bien que hace).
Estamos en una época muy complicada para el periodismo, pero no insalvable. Eso sí, nos lo tendremos que currar cien veces más que hace veinte años.